Publicado el 19 de octubre de 2008
A mi padre
Es verdad, yo no tengo diabetes, o tal vez deba decir, yo todavía no tengo diabetes, porque sé que tengo importantes condiciones para contraer esa enfermedad. Pero no me voy a quedar sentado esperándola, hacer eso sería una causa para apresurar su llegada. Por ello debo tomar acciones urgentes para alejarme de los riesgos y disfrutar de una vida alejada de los daños físicos, emocionales, familiares, sociales y económicos que trae consigo la diabetes mellitus.
Es verdad, yo no tengo diabetes, o tal vez deba decir, yo todavía no tengo diabetes, porque sé que tengo importantes condiciones para contraer esa enfermedad. Pero no me voy a quedar sentado esperándola, hacer eso sería una causa para apresurar su llegada. Por ello debo tomar acciones urgentes para alejarme de los riesgos y disfrutar de una vida alejada de los daños físicos, emocionales, familiares, sociales y económicos que trae consigo la diabetes mellitus.
Esta enfermedad se ha convertido en uno de los flagelos de nuestros tiempos, pero sé que no llega de improviso. Se acerca lenta y dulcemente. Llegado el momento justo, pega. Y pega fuerte. Provoca una verdadera revolución interior, empieza por desgastar poco a poco el organismo hasta que finalmente lo deshace por completo. Yo no quiero eso para mí, por eso me puse a investigar sobre esa enfermedad y las medidas para prevenirla.
Inicialmente debo señalar que la diabetes es una enfermedad que afecta la manera en que el cuerpo usa la glucosa, el tipo principal de azúcar en la sangre. La glucosa, que viene en las comidas que consumimos, es la fuente mayor de energía necesaria para abastecer las funciones corporales. Para utilizar glucosa, necesitamos una hormona llamada insulina. La diabetes no le permite al cuerpo producir insulina o ésta no funciona como debería. La diabetes es incurable, solo puede ser prevenida o controlada.
La prevalencia de la diabetes mellitus es muy grave, la Federación Mexicana de Diabetes, A.C. plantea en su sitio electrónico cifras verdaderamente alarmantes: La población en México de personas con diabetes fluctúa entre los 6.5 y los 10 millones (prevalencia nacional de 10.7% en personas entre 20 y 69 años) los que posiciona a nuestro país como el noveno lugar de diabetes en el mundo. Se calcula una incidencia de 400 mil casos nuevos casos por año. 13 de cada 100 muertes en México son provocadas por esta enfermedad y el grupo de edad con más muertes por diabetes se ubica entre los 40 y los 55 años. Actualmente 1 de cada tres muertes en México reporta diabetes como causa secundaria.
El panorama que ofrece la diabetes no la hace muy deseable, ni para mí ni para nadie. Ninguna enfermedad lo es, pero ésta prácticamente te va consumiendo a la vista de todos, ya que las concentraciones altas de glucosa en la sangre provocan complicaciones en ojos, riñones, nervios, pies, dientes, encías, amputaciones y disfunción sexual.
Ante esa perspectiva qué puedo hacer para evitarla, cómo puedo protegerme. La buena noticia es que ni mi estilo de vida ni el riesgo de desarrollar diabetes está escrito en piedra. Información del Instituto Mexicano del Seguro Social asegura que puedo oponerme a la tendencia nacional haciendo ejercicio regularmente, consumiendo una dieta bien balanceada y vigilando mi peso.
Eso se escucha muy fácil y puede serlo, estudios científicos revelan que 30 minutos diarios de caminata o de algún otro ejercicio de baja intensidad, acompañados de una dieta baja en grasas lograron una reducción en las probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 del 58% (La diabetes tipo 1 no se puede prevenir). Las cosas están claras, el enemigo a vencer es el sedentarismo, la mala alimentación y el sobrepeso. El reto será ponerle orden y control a esas áreas de mi vida.
Debo entonces iniciar un plan de ejercicios físicos, los médicos recomiendan los de tipo aeróbico dado que éstos hacen que respiremos más profundamente y que nuestro corazón trabaje más. Las alternativas son variadas y económicas: caminar, correr, montar bicicleta o nadar, inclusive bailar es una posibilidad. En esta ocasión no pondré pretextos de falta de tiempo, medios o recursos, nuestra ciudad es pródiga en sitios idóneos para la práctica de estas actividades y la tranquilidad de que aún gozamos me permitirá salir a ejercitarme muy temprano o hasta muy noche. Lo importantes será activarme, moverme, realizar actividad física y disfrutar de ella.
Otro punto importante es la alimentación, en este punto, haciendo un análisis de mis hábitos de consumo me he dado cuenta de que mi dieta, como la de casi todos los campechanos, parece ser la idónea para contraer diabetes. Usted sabe: tacos, panuchos, tortas, tamales, chicarrón, carnitas, fritangas y otras cosas sabrosas pero no muy saludables. Ni modos, hay que cambiarla por una que sea baja en grasas, baja en azúcares y sal y alta en fibra. Debo comer menos carne de cerdo y más pollo y pescado, preferir horneados o asados que fritos. Nada de refrescos gaseosos, pasteles y chocolates; comer panes y cereales integrales, verduras, frutas frescas, cebada, lentejas y frijoles, entre otras cosas.
Finalmente debo reconocer que tengo sobrepeso, por consiguiente mi meta será bajar de peso, esto lo podré lograr ingiriendo menos calorías y aumentando la cantidad de ejercicio. Un buen ritmo para bajar de peso es entre 250 y 500 gramos por semana, esto hará que en seis meses yo disminuya entre 6 y 12 kilos, suficientes para tener un peso saludable. Esto necesariamente implicará desarrollar nuevos hábitos de alimentación, un estilo de vida distinto y ser constante, responsable y honesto en el control, tal vez al principio parezca difícil pero la salud bien lo vale.
De cualquier manera no debo confiarme, continuaré asistiendo a consultas preventivas y realizándome estudios para medición de glucosa cada seis meses. Deberé estar al pendiente de los síntomas (aumento en la sed, la micción y el apetito; fatiga, visión borrosa e infecciones que sanan muy lentamente). Si a pesar de todo la enfermedad se presenta, una detección temprana me dará una gran oportunidad de mantenerla a raya y en control.
El camino para la prevención de la diabetes será difícil y largo, serán muchos los obstáculos que deberé superar, pero estoy consciente de que aún mucho más largo, penoso, costoso y complicado será sufrir la enfermedad. Por lo que mi responsabilidad y mi compromiso será el autocuidado de mi salud, mis esfuerzos se enfocarán a estar y mantenerme alejado de las enfermedades y sobre todo de la diabetes. Hoy estoy y me siento sano. Hoy no tengo diabetes. De mí depende que mañana tampoco. ¿Y tú, que estás haciendo para mantenerte sano? o prefieres esperar y formar parte del mundo de la diabetes mellitus.
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