Una respuesta para Laura
¿Cómo puedo seguir confiando en las personas? Esa fue tu pregunta final; mi respuesta quedó en agónica y desesperante espera. No es una pregunta fácil, no existen fórmulas ni procedimientos específicos para reconciliarnos con uno de los más importantes valores que prevalecen en las relaciones humanas: la confianza.
Por ello he tardado todo este tiempo en contestar y porque además no tengo una respuesta precisa, exacta y correcta para esa pregunta (creo que nadie puede tenerla). Sin embargo, a través de estas líneas, aventuro un particular punto de vista; solo espero que la ligereza que pueda tener mi opinión pueda servirte en algo.
Sé que el año pasado fue muy penoso para ti, perder irremediablemente a seres queridos es duro, pero es mucho más difícil y triste cuando el drama familiar implica enfrentarse con la indolencia y la crueldad de la raza humana.
Comprendo que la suma de tantas desgracias esté generando sentimientos de rechazo y recelo y que todo eso te aleje de algunos valores básicos en las relaciones humanas. No obstante, es preciso que recuperes la fe y la confianza en las personas, que sin desfallecer y con todas tus fuerzas, busques y encuentres los caminos que te acerquen y reconcilien con la naturaleza humana.
Creer y confiar en los demás no es tarea fácil (especialmente si nos hemos sentido tan lastimados y heridos) pero es una necesidad individual y un reto personal, porque no podemos, ni es socialmente sano, aislarnos del mundo y recluirnos en nuestro claustro personal, mental y emocional. Debemos seguir viviendo y la gente forma parte de nuestro entorno.
Reconozco que existen muchas personas con intenciones dobles y solapadas, también hay quienes simulan amor y afectividad cuando sus fines son engañar, traicionar y destruir los más nobles sentimientos, desgraciadamente hay quienes llevan más allá su nivel de maldad; pero eso no debe cegarnos ante la bondad que persiste en el mundo.
Yo tengo la certeza y la firme creencia de que la mayoría de las personas son naturalmente buenas y dignas de confianza; también entiendo que en ocasiones es preciso ser cauto y asentar nuestra creencia en hechos que respalden la confiabilidad y la certidumbre en la buena voluntad.
La verdadera habilidad del ser humano estriba en distinguir la diferencia entre los que merecen nuestra confianza y aquellas personas de las que es preferible alejarse. En este sentido creo que debemos aproximarnos a quienes cuentan con una formación espiritual sólida y con valores claros, fuertes, definidos y principalmente, probados en la práctica.
Conviene estar cerca de las personas a quienes conocemos y reconocemos por sus obras más que por sus palabras, a las que cuentan con un historial de responsabilidad y apego a costumbres socialmente aceptadas y a las que han demostrado madurez, mesura y éxito en sus relaciones interpersonales
Previo a entrar en el proceso de recuperar la confianza, considero que debes reflexionar en las bondades del perdón, me refiero precisamente a los beneficios personales que obtendrás al dispensar las faltas. Suelta el daño y el rencor, no permitas que aquello que perjudicó el bienestar de tu familia te siga lastimando. Perdonar facilita el cierre de heridas y te reconcilia con el mundo.
Finalmente, los que se fueron ya están en paz, los que lo provocaron pagarán sus culpas, sea por la justicia humana o por la mano de Dios. En medio de todo eso estás tú y la que importa eres tú y la cantidad de confianza que tengas en ti misma. Recuerda que lo valioso en las personas radica más en lo que puede dar que en lo que espera recibir.
Sigue luchando amiga, reconcíliate contigo y con las personas; mantente íntegra, plena y perseverante ante los giros de la vida y el destino. Recupera tu fuerza interior y encuentra en ella la capacidad para tornar lo adverso a tu favor. Cree, ama, confía, lucha siempre por ser feliz y, sin descanso, busca a Dios, Él tiene las respuestas. Muchos saludos y mucha suerte en tu vida.