domingo, 5 de julio de 2009

30. Un recorrido ecológico (2ª. parte)

Publicado el 4 de julio de 2009


El segundo y último día de recorrido ecológico inició desde muy temprano; poco antes que amanezca me despertaron unos sonidos muy fuertes, yo supuse que provenían de la carretera que va a la ciudad de Escárcega. Después supe que eran los gruñidos característicos del mono aullador o saraguato, que anunciaban la llegada de un nuevo día.

Unos minutos después, inició el concierto de pájaros, no sé cuántos eran ni de qué especies, pero parecía que todos sus gorjeos y cantos armonizaban melódicamente. Por ratos distinguía el grito de los loros, finalmente distinguí el sonido que hacen las chachalacas (ya lo conocía porque durante algún tiempo muchas de ellas habitaron en los alrededores de mi casa) es un ruido que nunca he podido describir, me suena como si alguien estuviera serruchando madera.

En un momento, todo el grupo de exploradores estaba despierto escuchando a las aves y mirando la bruma que parecía danzar por encima de la superficie líquida de la aguada. La visión del paisaje no le pedían nada a los que hemos visto en algunas películas. En un instante inesperado, los primeros rayos de sol iluminaron el campamento. Era hora de levantarlo e iniciar la jornada.

Rápidamente nos organizamos para retirar y guardar las tiendas de campaña, almacenar los kayaks y sobre todo y principalmente, borrar todo rastro de la presencia humana, esto significa, retirar cualquier tipo de basura. Se trata por todos los medios posibles de preservar el lugar y sus condiciones higiénicas y ecológicas.

Para el siguiente punto del programa, visita a los cenotes, requeríamos trasladarnos por la carretera que va a Escárcega hasta un poblado llamado Miguel Colorado, para lo cual, nos despedimos del campamento Xunan-Ha, abordamos nuestros vehículos y partimos hacia ese punto de la geografía campechana.

Miguel Colorado es una población pequeña de cerca de mil habitantes, para llegar a ella avanzamos por la carretera Champotón-Escárcega, 15 kilómetros antes de llegar a esta última ciudad, se toma un desvío y tras once kilómetros de marcha llegamos. Nos reabastecimos de agua e iniciamos el camino hacia el Cenote Azul.

Debo aclarar que yo nunca imaginé que en el estado de Campeche hubiesen cenotes, por lo general estos cuerpos de agua se relacionan con Yucatán y en menor grado con Quintana Roo. Cuando supe que iríamos a conocer cenotes campechanos supuse que serían unos muy pequeños. Equivocada suposición.

Tras un camino, asfaltado hace mucho tiempo, que avanza a la vera de campos de cultivo y ranchos ganaderos, llegamos al Cenote Azul. Hay cierta infraestructura turística: algunas palapas, vestidores y un puesto de información pero están desiertos. Al decir del maestro Encarnación, las instalaciones eran administradas por un hombre de origen estadounidense, pero los habitantes de pueblo se inconformaron e hicieron que le retiraran la concesión solo para dejar abandonado el lugar.

El Cenote Azul es de una belleza y un tamaño impactante (se dice que tiene 250 metros de diámetro aproximadamente). Por un sendero en forma de escalera, con un casi destruido pasamano rústico, pudimos llegar a la orilla, los lugareños han construido una especie de trampolín y una plataforma para poder nadar en él. Enfrente a la orilla en que estábamos y rodeando el cenote, se levanta una pared de más de ochenta metros de alto y sobre ella, la selva campechana.

Decidimos continuar nuestro camino para visitar el Cenote de Los Patos, para ello, debíamos avanzar por un sendero que ascendía hasta rodear el Cenote Azul. Por unos momentos, el camino era sencillo aunque empinado, por otros, se aproximaba demasiado a la orilla y había que aferrarse de ramas y raíces para prevenir una caída.

En algunos segmentos, el sendero estaba cortado por arboles de zapote que habían caído como resultado del tiempo; en todos los casos, sus troncos estaban surcados por las cicatrices que les dejaron los años de cosecha del chicle. Eran las huellas de un pasado de prosperidad para la región y del impacto del hombre en el medio ambiente.

En el Cenote de Los Patos nos dio la bienvenida un grupo de monos araña, los cuales se alejaron rápidamente columpiándose entre las ramas altas de los árboles. La vista del cenote nos dejó a todos completamente asombrados. Es una especie de pozo de cerca de 200 metros de diámetro y con una altura por encima de los 60 metros, sus paredes son lisas y no hay forma alguna de descender hasta la verde superficie del agua, la cual está ciertamente llena de patos. Se nos ocurrió que podríamos bajar a rapel. Tal vez nadie lo ha intentado, nosotros tampoco.

Ya para partir se nos informa que en total son cerca de 6 cenotes los que se encuentran en esa área. Además, es posible visitar la laguna de Moku, la cual se halla repleta de cocodrilos y una caverna cuyo espectáculo está a cargo de millones de murciélagos. Esos lugares quedan pendientes para futuras visitas.

La despedida a este singular grupo de exploradores, corrió a cargo del saraguato, escondido en la copa de algún árbol, hizo sonar su aullido estereofónico que dejó asustados a algunos e impactados a otros. Su rugido aún resuena en mi cabeza como un grito de esperanza, un reclamo territorial, un llamado a preservar sus espacios y a respetar su presencia ancestral en nuestras selvas.

El espíritu de la selva campechana se ha quedado en mi interior y en las mentes y los corazones de quienes compartimos la experiencia de la naturaleza. El compromiso es regresar, el objetivo es conservar nuestros ecosistemas por que al hacerlo estaremos resguardando el patrimonio único de los que habitamos este hermoso planeta.

2 comentarios:

  1. Felicidades por tu articulo es hermosa siempre la imagen que te ocaciona la selva, los cenotes es maravillosa, pero desconocia estos lugares, son hermosos que tan accesible llegar aellos.

    PILAR HERNÁNDEZ ZAMORA

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  2. Enhorabuena, Gerardo, has ganado el premio Top Blogs de Blogger Directorio. Tu blog aparecerá (Entre otros) en los Top Blogs de Junio; en la entrada correspondiente y con visibilidad permanente en la columna derecha del directorio.
    Por cierto, ya puedes poner una imagen para que tus visitantes sepan que has ganado ese premio, el código lo tienes en la entrada de los Top Blogs. Pudes ir a los Top Blogs de Junio, y ver alli toda la información.
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