martes, 18 de mayo de 2010

44. Canasta de recuerdos

Publicado el 18 de mayode 2010

Llegará un día en que nuestros
recuerdos serán nuestra riqueza

Geraldy

La abuela abrió la vieja vitrina que reposa en su dormitorio y, al margen de decenas de fotografías en tonos gris y sepia, fueron resucitando ayeres, lejanos parentescos, historias antiguas y anécdotas inesperadas. Es la canasta de recuerdos de mi abuela que en una tarde tranquila se desplegó para mostrar su abundancia.

Son imágenes que capturaron casi 100 años de la historia familiar, es la resplandeciente iconografía que permite reconocer cinco generaciones de un linaje apacible y cálido, cercano, relajado y afectuoso. Cerca de un siglo en la cronología de una familia que no tiene nombres ilustres para el mundo, pero donde todos conforman una riqueza surgida del trabajo anónimo y dedicado, del cultivo fecundo de las buenas costumbres y donde el buen humor ha sido un común denominador.

La mano de la abuela repasa las imágenes, las toca como si al sentir su textura llamara a los recuerdo y, haciendo gala de completa lucidez, asciende con agilidad y esmero al árbol genealógico para explicar con detalle los parentescos y relatar las anécdotas de los personajes que estelarizaron la mitología familiar en la primera parte del siglo pasado.

Por extraño que me haya parecido, los asistentes a la narrativa de la abuela no éramos muchos, sólo mis hijas y yo; sin embargo me parece que fuimos suficientes para, con particular diligencia, darle puntual seguimiento al anecdotario; por supuesto, muchas interrogantes fueron vertidas y todas fueron prolijamente respondidas.

Entre el cúmulo de fotografías de todos tamaños, mi abuela destaca la de su madre, doña Concepción Maldonado, quien a sus aproximadamente 15 años se mostraba altiva, con una mirada serena y tranquila. Mi abuela hace mención a la belleza de su madre; no hacía falta, esa cualidad se revela en ese retrato tomado alrededor de 1915 y que se mantiene cuidadosamente conservado.

A la bisabuela la conocí cerca de 50 años después de que posara para esa foto, para entonces, su juventud se había extraviado en las tareas de parir y cuidar 10 hijos y batallar diariamente para sacarlos adelante, sin embargo, perduraban en ella los rasgos reconocibles de la mocedad retratada.

Rodeada con un antiguo marco en forma de óvalo, está la foto del padre de mi abuela, don Norberto Duarte, quien con gesto adusto, sombrero y bigote recortado posa junto a una de sus hermanas. Es la única foto que tiene un marco, la abuela no sabe explicar porqué. Él murió muchos años antes de que yo naciera,

No podían faltar las fotografías de mi abuelo don Nicolás Luna Núñez, la más antigua lo retrata en sus 35 años; sin embargo, yo recuerdo una anterior a esa, se trata de una foto que lo muestra en un viejo muelle al lado de sus compañeros de tripulación del barco que aparece a sus espaldas. En esa gráfica el abuelo debía andar por los 20 años. Lamentablemente, desconocemos el paradero de esa gráfica que debió ser captada en los inicios de los años veinte del siglo pasado.

Por supuesto, había muchas fotos de la abuela, tantas que se hizo fácil reconstruir su particular historia, desde su juventud en los años treinta, hasta la formación de su familia. Ahí estaba ella con sus hijas mayores (mi madre la primera) luego siguen otras fotografías en las cuales sus hijos van aumentando hasta llegar a seis; finalmente, las imágenes donde se acompaña de nietos y bisnietos.

La abuela mostró muchas fotos de sus hermanos (a todos los conocí) y nos relató las historias de cada uno de ellos, sus anécdotas y andanzas en el Campeche de los años cuarenta. Existen también fotografías de muchos de sus sobrinos, de ahijados, de vecinos y amigos a quienes recuerda por sus nombres y apellidos.

Muchas de estas fotos cuentan con dedicatoria y fecha en la parte posterior. Este detalle abre un diferencia enorme con las fotos digitales de hoy día. La dedicatoria las hace personales, únicas, irrepetibles; ahí está el trazo y la forma de la letra y el pensamiento de la persona retratada, ahí está su huella que trasciende para ser leída 40 o 50 años después.

La colección fotográfica de la abuela es a la vez un postigo que permite dar un atisbo a antiguas formas de vestir, a muebles de aquellas tiempos y al modo particular de tomarse fotos que se acostumbraba en esas épocas: todos posando y sin sonreír alrededor de las figuras relevantes de la familia.

También existe una sección fotográfica de personas a quienes el tiempo les ha robado la identidad, simplemente la abuela no recuerda quienes son. Seguramente tuvieron una participación no muy significativa en algún momento de la vida y por eso su foto está a resguardo pero sin identidad. Eso no le quita el sueño a mi abuela.

Con la última foto, cae la tarde y concluye la sesión. Doña Herlinda Duarte Maldonado, con sus 88 años y la estampa clásica de las abuelitas del siglo pasado, guarda con cuidado su memoria y legado fotográfico, ahí quedan casi 100 años de vida familiar, ahí queda el recuerdo y el testimonio de personas cuya trascendencia y herencia se limita a la formación moral, clara y auténtica de una modesta pero orgullosa familia campechana.

martes, 13 de abril de 2010

43. Juventud y Familia Misionera

Publicado el 13 de abril de 2010

Id por todo el mundo y predicad el Evangelio

Mc. 16, 15

Por fin regresó Mildred de las misiones, estuvo lejos de casa durante toda la Semana Santa pasada, no es que haya sido mucho tiempo, pero es que no estoy acostumbrado a estar tanto tiempo sin uno de mis hijos. Por otro lado, me gusta que mi hija se haya sumado al movimiento de Juventud y Familia Misionera y con ello, a la enorme tarea evangelizadora de la iglesia.

Al parecer y afortunadamente, la fiebre de misiones afectó a muchos, ahí estuvieron Iveth, Priscila, María Inés, Arturo, María Andrea y Alejandro entre más de 150 jóvenes y familias que decidieron dedicar la Semana Santa a llevar un mensaje cristiano a comunidades apartadas del estado. La experiencia, por lo que he podido constatar, resultó sumamente grata, enriquecedora y edificante para el espíritu y para la formación cristiana y humana de todos los que participaron en ella.

El movimiento Juventud y Familia Misionera es una organización internacional, formada por jóvenes y familias católicas que buscan colaborar con la iglesia en la nueva evangelización de la sociedad a través de la acción misionera. Sus orígenes se remontan al año 1986, aunque es hasta 1993 cuando queda formalmente constituida, con estatutos y metodología apostólica bien definida. Sus beneficios alcanzan a 30 países alrededor del mundo.

En Campeche, estás jornadas misioneras son organizadas por la diócesis con la participación de jóvenes y familias vinculadas a colegios católicos y, quienes en forma voluntaria, renuncian a sus privilegios y vacaciones durante una semana y alegremente se suman a las faenas de la iglesia. Las tareas evangelizadoras inician el domingo de ramos y concluyen el domingo de resurrección.

Durante esos días, los misioneros acuden y permanecen en comunidades rurales previamente seleccionadas, en ellas tienen a su cargo la catequesis y evangelización de niños, jóvenes y adultos, la promoción y salvaguarda de las devociones y tradiciones populares y el apoyo en las actividades conmemorativas a la Semana Santa.

El desprendimiento durante una semana de los elementos tecnológicos y otras comodidades en que está atrapado el joven pasa a ser algo demasiado superfluo frente a lo que representan los auténticos objetivos de las misiones. Al ir en la búsqueda de aquellos semejantes que aparentemente son tan ajenos a sus vidas y que viven en medio de situaciones distintas, el joven choca de frente consigo mismo y con su realidad y (muy posiblemente) encuentra los elementos que le permitirán crecer y madurar como ser humano, como ciudadano y como agente de cambio social, así como las oportunidades que le permitirán enriquecer, dar dirección, sentido y alegría a sus vidas.

En el aspecto religioso, la participación del joven en las misiones les permite formar parte activa de una dualidad benevolente, dado que, al mismo tiempo que los jóvenes acercan el evangelio y las tareas de la iglesia a las comunidades más apartadas, ellos mismos, en el trayecto, se van encontrando con el mensaje revolucionario de Cristo y con el plan que Dios tiene predeterminado para sus vidas, lo que les permite crecer como cristianos y católicos comprometidos. Este último punto representa la esencia y la riqueza de la labor transformadora de las misiones.

Por otra parte ¿Existirá una actividad que una más estrechamente a una familia que compartir la labor evangelizadora de otras familias? ¿Existirá un elemento de cohesión más fuerte, íntimo y enriquecedor que transmitir las enseñanzas de Cristo? No lo creo, en estas tareas, las familias se dan cuenta que además del amor los acerca la fe, la esperanza, la solidaridad y otros valores que permanecerán, los fortalecerán y los mantendrán unidos ante cualquier situación de crisis.

No todo está mal en nuestros jóvenes y en nuestras ciudades, la Juventud y la Familia Misionera presentan una imagen diferente y renovada de la sociedad que estamos acostumbrados a ver en los medios de comunicación; trae en sí mismo, el mensaje de que es posible construir nuestras vidas y nuestras relaciones sobre bases diferentes, sobre cimientos sólidos y esperanzadores.

Mildred regresó muy contenta y motivada de las misiones, a toda velocidad transmitió sus anécdotas y vivencias, su alegría contagia y me hacen recordar experiencias similares en mi vida. Las misiones transforman, al evangelizador y al evangelizado, no me queda duda de ello. Por mi parte, ha quedado firmemente plantada la inquietud por conocer y formar parte de ese movimiento positivo, nutritivo y transformador. Soy un evangelizado más.



Las misioneras



sábado, 16 de enero de 2010

42. Calentamiento Global

Publicado el 15 de enero de 2010


Un fantasma recorre el mundo, se trata de la intensa ola de frío que ha hecho surgir toda clase de abrigos, bufandas, chamarras y chalecos en nuestra ciudad, tan desacostumbrada y desprotegida ante este tipo de fenómeno. Paradójicamente, y según afirmaciones científicas, estás condiciones climáticas son producto del calentamiento global a que se ha visto sometido nuestro planeta como resultado de las actividades humanas de las últimas décadas.


Obviamente sería irrisorio e inútil tratar de comparar las severidades a que el frío somete a los campechanos contra las congelantes condiciones que se están padeciendo en muchos lugares europeos, norteamericanos e incluso, en otras regiones de nuestro propio país. Pero dado que no estamos acostumbrados, sentimos este clima como el peor de todos.


En la búsqueda de razones que expliquen las heladas temperaturas, un grupo de amigos y yo, nos enfrascamos en una particular y muy poco científica discusión, misma que concluyó cuando uno de ellos, con absoluta seriedad y autoridad, aseguró que el frío actual es resultado del calentamiento global. No supo explicar el porqué.

Que el frío sea resultado del calentamiento es algo que no se escucha con demasiada coherencia, cualquier persona en su sano juicio opinaría que como producto del aumento en las temperaturas de nuestro planeta lo que padeceríamos sería de calor excesivo y no de frío intenso.

Con todo y lo contradictorio que se escuchaba la anterior aseveración, decidí consultar en Internet para documentarme un poco acerca de dicho fenómeno climático. Vaya sorpresa, resulta que sí, efectivamente, el frío es ocasionado por el calentamiento global. Qué situación tan extraña. A continuación reproduzco lo que leí:


“El calentamiento global refiere a un aumento gradual de la temperatura en la atmósfera terrestre y en los océanos registrada en las últimas décadas. Si bien no lo indica el término, suele ser asociado este aumento de la temperatura a las actividades realizadas por el hombre.

De acuerdo con el geoquímico Kuang Yaoqiu, de la Academia Estatal China de Ciencias, el cambio climático aumenta los riesgos de tiempo extremo, tanto frío como caliente, incluyendo tormentas de nieve durante las próximas cinco décadas.

La ola de frío que sufre buena parte del hemisferio norte, está relacionada con la actividad humana y forma parte del "cambio climático", pese a que éste se ligue habitualmente a un aumento de temperaturas y no a una disminución.


Según la teoría de Kuang, las actividades humanas (como la emisión de dióxido de carbono por las industrias) en principio aumentan la temperatura de la atmósfera en los hemisferios, pero llegado un momento pierde ese calor y desciende rápidamente de altura, lo que produce los frentes fríos.

Finalmente aseguró que las actividades humanas que calientan el hemisferio norte llevan olas de frío al sur y viceversa.”

La explicación ofrecida por este científico chino me parece muy clara, las actividades humanas están ocasionando importantes cambios en las condiciones climáticas del planeta, lo que está generando climas extremas en diversas regiones del orbe, incluyendo naturalmente a nuestro estado, esto nos lleva a concluir que debemos esperar, para los próximos años, veranos más calientes e inviernos cada vez más fríos.

Una vez aclaradas las causas y consecuencias del frío extremo, surge una interrogante: ¿Qué podemos hacer para detener el calentamiento global? Nuevamente encontramos la respuesta en Internet, se trata de acciones sencillas y concretas que todos podemos realizar para disminuir la producción de dióxido de carbono:

Cambia tus focos de luz por aquellos clasificados como de bajo consumo.

• Restringe al máximo tu uso de agua y en particular de agua caliente.

• Recicla tu basura, aunque el consejo exacto es producir la menor cantidad de basura posible.

• Reduce el uso de tu automóvil, o de plano no lo uses. Utiliza medios de transporte que no produzcan dióxido de carbono, la bicicleta es una buena opción.


• Compra papel reciclado y recicla tu papel.


• Siembra árboles.


• Mantente informado y educa respecto a estos temas a niños y adultos.


Las actividades anteriores, fáciles y llanas, son en sí mismas un verdadero respiro, completo, profundo y prolongado para este mundo que representa nuestro hogar y al cual tanto hemos maltratado.

Debemos esforzarnos para crear conciencia acerca de los efectos que nuestras acciones nocivas le provocan al media ambiente, esa es la única posibilidad para corregirlas y con ello proteger y salvar al mundo. No hay razones para no solucionar este problema puesto que contamos con la información y los medios necesarios para hacerlo.

Recordemos que sólo contamos con este bello planeta, si no lo cuidamos nos acabaremos junto con él. No tenemos alternativa, comencemos a actuar para revertir el calentamiento global. Es tu responsabilidad, la mía, la de todos. Mientras no la asumamos, no nos quedará de otra más que atenernos a las consecuencias.


martes, 5 de enero de 2010

41. Propoósitos para el año nuevo

Publicado el 6 de enero de 2010


Acaba de empezar un nuevo año, tenemos frente a nosotros una gran cantidad de días por estrenar; cada principio de año, como se ha vuelto costumbre, surge una lista de objetivos y metas que nos establecemos para el mejor aprovechamiento de nuestra vida, desafortunadamente muchos de estos deseos perecen por inanición al paso del tiempo. El propósito de este año debe ser comprometernos para cumplir nuestros propios propósitos. ¿No le parece?

Hace algunas semanas, al estar haciendo limpieza, tropecé con una hoja de periódico publicada por TRIBUNA el 25 de diciembre de 2005; dicha hoja contiene una guía con 101 propósitos para el Año Nuevo (en ese caso, el 2006). Las instrucciones eran sencillas: escribe tu nombre, marca los propósitos que desees y comprométete a cumplirlos en los próximos 365 días.



Había una enorme recomendación, no dejar colgada la lista. Este encargo era una referencia manifiesta a ser constantes en el cumplimiento de los propósitos establecidos, a no desanimarnos y dejarlos de lado al transcurrir de los días. No se puede decir que haya cumplido la encomienda, ya que la lista permaneció colgada durante 4 años en la parte posterior de una puerta que nunca se cierra.



Sin embargo, al revisarla comprobé que había algunas asignaturas aprobadas: pagar un gimnasio y asistir a él, bajar de peso, comer sano, pagar tenencias atrasadas, actualizar la lista de contactos del correo electrónico, hacer un viaje por carretera, llamar a los viejos amigos, practicarse un examen médico general, leer más y cambiar el colchón. Me felicito y aplaudo por ello.

 

Desafortunadamente había también muchos pendientes: controlar los gastos y ahorrar, dar mantenimiento constante al auto, tomar dos litros de agua diariamente, ir a Chichén Itzá para ver el equinoccio, ser más espiritual en Semana Santa, estudiar un diplomado, poner un negocio y casarse en Las Vegas (así decía la guía). Me repruebo y regaño, no muy severamente, por ello.

 

Haciendo un balance somero de lo anterior, pudiera considerarse que voy en buen camino. Es verdad, hace falta apretar algunas tuercas, hacer ajustes aquí y allá, revisar y corregir algunas cosas y... creo que lo de casarse en Las Vegas de plano lo voy a borrar.



De todo lo anterior se puede concluir que hacer una lista de propósitos no debe ser algo demasiado complicado, ni muy elaborado o que incluya acciones trascendentes, filosóficas o revolucionarias. Es más bien una relación sencilla de acciones concretas que podemos atender en el corto o mediano plazo y cuyo cumplimiento traerá un beneficio claro en nuestras vidas.



El riesgo de establecerse acciones complejas es no poder cumplirlas, lo que traería consigo desmotivación, desánimo y quizás hasta problemas de autoestima. Eso no me parece muy sano ni deseable. Considere acciones claras y tan específicas y evidentes que puedan ser observables en su conducta, que las personas que lo rodeen se den cuenta de esos cambios y lo feliciten. Eso es muy gratificante y le impulsará a continuar.



Para poder ayudarle a realizar su lista de propósitos, se me ocurrió reunirlos en áreas de acción, obviamente relacionaré únicamente los que se me ocurrieron, puede haber muchos más, tantos como usted considere convenientes. Iniciaré:



a) Establézcase propósitos que se relacionen con el cuidado de su salud y bienestar físico: dejar de fumar, bajar de peso, ir al dentista, comer más frutas y verduras, hacer ejercicio, controlar su presión arterial y sus niveles de glucosa, hacer ejercicio, etc.

b) Fíjese metas de tipo ecológico: economizar luz y agua, clasificar la basura, sembrar árboles, dejar de usar aerosoles, ahorrar papel, reutilizar bolsas de nylon, no quemar basura en su patio, acampar con su familia y enseñarles a cuidar el medio ambiente, etc.


c) Asuma compromisos que involucren su comportamiento social: evitar tirar basura en la calle, abstenerse de gritar o insultar a otros automovilistas, estacionarse sólo en lugares permitidos y no bloquear accesos para discapacitados, hacer donativos o contribuciones a organizaciones caritativas, no hablar por celular cuando esté conduciendo su auto, etc.

 

d) Considere también los que se relacionen con su conducta individual: aprender a escuchar a las personas, moderar el carácter, darle regalos sin motivo a su pareja o llevarle una serenata, convivir más con sus hijos, asistir a las reuniones escolares, etc.



e) Impóngase objetivos de orden cultural y espiritual: asistir a uno o dos conciertos de música clásica durante el año, visitar museos con la familia, lea dos libros durante el 2010, ir a misa los domingos, rezar por las noches, participar en un retiro espiritual, etc.



f) Muy importantes son las metas de orden económico: ahorrar, pagar cuentas atrasadas (esto incluye agua, tenencia e Impuesto Predial) optimizar gastos, aumentar los ingresos, etc.

 

g) Finalmente póngase pequeños retos: aprender un baile de salón, nadar o un idioma nuevo, viajar a un lugar desconocido para usted, escribir un diario, cantar en un karaoke, tejer, pintar, etc. En este punto no se limite, sólo cuide de cumplir con lo establecido.

 

Insisto, las acciones pueden ser tantas como usted desee, pero no se exija tanto que pueda convertirse en una causa de estrés en su vida; sea paciente y tolerante con usted mismo, no se fije metas demasiado ambiciosas y tómese su tiempo. Pero algo que es muy importante, sea constante en sus propósitos, persevere, no abandone y cuando haya cumplido sus metas y propósitos: celébrese, consiéntase y dese un gran premio.


Por mi parte continuaré con los mismos propósitos que establecí en la guía desde el 2005, tal vez en este 2010 pueda concluirlos, si no es así, por lo menos pondré las bases para su cabal cumplimiento en años venideros. Estoy seguro que podré conseguirlos. Sin embargo...sí, definitivamente, lo de casarse en Las Vegas lo voy a borrar. Deseo para todos un feliz, venturoso y provechoso Año Nuevo.